L. M. PANERO
No, no es De Juana Chaos, aunque se le parezca. Es Leopoldo María Panero, uno de los mejores poetas actuales.

Hoy he soñado con este objeto. Estaba con otra persona, que a veces adoptaba la forma de Antonio Montesino, quien tenía entre sus manos un objeto que no recuerdo. Yo tenía entre mis manos un objeto también. Se lo estaba mostrando a esa otra persona. Sentía que ese objeto era valioso; era totalmente plateado y plano. Abajo tenía 3 teclas planas, casi inapreciables, salvo por sus junturas. En medio tenía una especia de círculo y arriba un espejo. Quizá el elemento más llamativo sea ese: el espejo rectangular de arriba. E insisto, todo plateado. Antonio mostraba interés por ese objeto. Me desperté sintiendo gran amor hacia ese objeto misterioso que, guarda grandes similitudes con la estructura de los móviles de tapa actuales. De hecho, creo recordar que tenía algún tipo de eje a media altura. Este dato me llena de pesimismo ya que demuestra el grado de contaminación que la tecnología ha generado en nuestro inconsciente (y también consciente). Pero sí que es cierto que el sueño modificia, rompe, fragmenta, reconstruye y redimensiona todas esas acumulaciones visuales, sonoras, táctiles y olfativas que vamos encontrando durante la vida. Y ahí nace el concepto de "monstruo", es decir, el objeto surrealista irracional, ofrecido a la percepción, que no tiene ninguna utilidad más que el de afirmar su presencia. Además, hay ahí una crítica a los objetos ofrecidos por la tecnología, una crítica ante lo establecido, ya que se pretende destruirles y construir surrealmente algo con los fragmentos obtenidos. ¿Os imagináis un teléfono movil que en vez de pantalla tenga un espejito? Vas a llamar a alguien, quizá en busca de felicidad, y te topas con tu rostro, ahí, delante de ti. Quizá sea eso lo que primordialmente te debe dar felicidad: tú mismo.